martes, 10 de abril de 2018

Diario de Aprendizaje

¡Aprendiendo sobre ABP (Aprendizaje Basado en Proyectos)! No estoy muy al día en el mundo digital, la verdad, por lo que esto es romper el hielo para mí... Como sugieren los formadores del Curso que he comenzado en MOOC, hablaré de algún proyecto memorable en el que haya participado de alguna manera a lo largo de mi trayectoria. Y he de reconocer que como alumna no he tenido la suerte de aprender de esta manera, aunque ya me hubiese gustado. Como docente he intentado planificar y desarrollar alguna vez un proyecto en mis clases, pero ahora que estoy teniendo una visión un poco más exhaustiva de lo que es, en esta primera unidad, me parece que no he llegado a conseguirlo y me he quedado en no más que el desarrollo de alguna actividad más activa y dinámica de lo habitual. Porque no he partido de una pregunta que mis alumnos tuvieran que responder, un reto o un problema, y tampoco he conseguido implicar a la comunidad, más allá del recinto del aula. Por tanto, no tengo experiencia directa. Sin embargo, ¿quién no ha escuchado hablar de ABP alguna vez? En mi entorno es muy habitual mencionarlo como una estupenda metodología. A ver...Me temo que más que referencias, lo que me asaltan son muchas dudas e interrogantes. Si la cultura general que te proporcionan los Simpson sirve de referencia, ¿quién no se acuerda de alguno de los proyectos de ciencias que preparaba Lisa para sus clases y después iba y ganaba el concurso? ¿Era eso ABP? Otra idea. Recuerdo que hace ya diez años tuve una experiencia que me dejó huella para toda la vida. Participé en el programa de Profesores Visitantes del MEC en Illinois, EEUU. Estuve un año trabajando como profesora de primero de primaria en un distrito escolar del suburbio de Carpentersville. Mis nenes tenían 6 años y estaban aprendiendo a leer y escribir en castellano. Buena parte del currículo de Literacy se dedicaba a la lectura y escritura guiada, yendo poco a poco hacia el desarrollo de su independiencia. Entonces, a mitad de curso, cuando ya habíamos cubierto letras, sílabas, etc, algunas compañeras me sugirieron hacer "el libro viajero". Unas cuantas hojas pautadas y encuadernadas serían nuestro libro, que daba comienzo con: Había una vez una gota de agua... Cada uno se lo llevaba a casa un día y se comprometía a continuar la historia por los derroteros que marcase su imaginación; con la inestimable ayuda de papá y mamá y el broche de una ilustración propia. Al día siguiente lo traía al salón de clase, lo leíamos juntos y el siguiente de la lista se lo llevaba ese día. Así hasta que todos hubieran contribuido a la historia. Fue muy lindo el recorrido de la gota de agua, que no paró de viajar por tierras mejicanas, recorriendo ranchitos, riós y festejos añorados por mis alumnos y sus familias, cayendo en forma de lluvia sobre las cabezas de sus abuelos y primos. Finalmente el resultado terminó como un regalo para mí, su maestra. ¿Podemos considerar esta actividad como un ABP? Si así fuese, sería sin duda el más memorable de cuántos he tenido hasta el momento.

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